THALASSA
En la mitología griega, Thalassa era la diosa del mar. Hija de Éter y Hemera, es la personificación del mar mediterráneo. Su nombre latino es mare, que significa mar.
Fue madre de los nueve Telquines, la ninfa Halia, los peces del mar y de Egeón (la personificación del mar Egeo)
Con este nombre, se forma un nuevo proyecto poético-fotográfico donde el principal interés será la figura femenina en un entorno marino. La mar, como así me gusta llamarla, me evoca hacia el origen de la vida. Desde que nacemos ya estamos inmersos en el líquido amniótico, entre el 70 y el 80 por ciento de nuestra sangre es agua y tanto nuestra piel, como nuestros órganos tienen un alto porcentaje.
Somos agua y formamos parte de la mar, que sin duda es la representación femenina de la maternidad y el origen, la renovación y la sanación del espíritu. Nuestro origen proviene de la mar, sin embargo, decimos que vivimos en la tierra cuando ésta se compone en más de un 70% de mares y océanos.
A través de esta reflexión, la figura femenina se funde con el propio paisaje marino ofreciendo un resultado onírico y surrealista. La poesía visual está fuertemente presente. Ellas nos hablan de anhelos, deseos, miedos ... nos muestran su sensualidad, la forma de conectarse con su propia materia acuosa. Representan los sueños de mi memoria, materializándolos en siluetas que cobran su propia vida, lejos de la aparente realidad. Entonces hablamos de historias palpables que nos invitan a viajar y recorrer sus mareas. Es cierto que siempre habrá naufragios pero también viajeros que no temen la travesía.
Las fotografías de este proyecto forman parte del poemario fotográfico Amar a mares, morir a lunas, publicado con la editorial asturiana BajAmar.
Cada imagen evoca la representación visual de un poema.